Jueves 28 de Marzo de 2024

FISCALIZACIÓN MULTILATERAL.

La fiscalización transfronteriza y multilateral abre un espacio para encontrar nuevas brechas de evasión y elusión fiscal.

TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA ADMINISTRATIVA.

Un tribunal moderno, certero y eficaz que brinda seguridad jurídica a la inversión, coadyuvando con la estabilidad
social del Estado Mexicano.

EL CONGRESO MEXICANO.

Un ente estabilizador de la inversión, desarrollo y catapulta de la seguridad jurídica en México.

Las reformas estructurales en materia económica, tributaria, presupuestaria y financiera. Un reto materializarlas
en la esfera de los ciudadanos.

PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN.

La teoría de la configuración del tributo, rompe paradigmas y fija los ejes para el amparo de las próximas generaciones.

MÉXICO HOY, ¿DESTINO CONFIABLE PARA INVERSIONES? , O SÓLO EL REFLEJO DE UNA POLÍTICA ECONÓMICA Y FINANCIERA EN DECADENCIA.
En el afán de desarrollo y consolidación de políticas económicas y financieras sanas, ante una eminente crisis mundial, además de otros factores, la política en México aún continúa a la expectativa de la suerte que sigan otras economías alrededor del mundo, especialmente con aquellas con la que sostiene un estrecho vínculo comercial, siendo en consecuencia que se tienen más retos que oportunidades para los inversionistas potenciales en nuestro país y lo único que provocan es un clima de desconfianza que en lugar de brindar propuestas o incentivar la inversión tanto nacional como extranjera, la ahuyentan.

Ciertamente existen grupos de poder que se han encargado de formar alianzas para promover la inversión en México, sobre todo aquella proveniente de economías “estables” o notoriamente más desarrolladas que los países en Latinoamérica, poniendo a México como ejemplo, sin embargo, pasan por alto la insolvencia actual de cada país participante y tratan de abordar sólo el aspecto de la retribución a largo plazo, sin considerar que en esta época serán quizá más los retos que las oportunidades en el actual clima económico.

¿Cuáles son entonces los derechos de protección de los participantes en un proyecto determinado?. ¿Se habrá contemplado un esquema de ayuda en caso de insolvencia?. Como vemos, el desafío es aún mayor, ya que implica más allá de que si se desea o no abrir la puerta a esta forma de inyección de recursos a nuestro país, también lo es que se prevean los casos en que la oportunidad se ponga en contra de la propia inversión y promoción nacional, independientemente de ostentemos un tercer lugar mundial como receptores de inversión extranjera proveniente de países desarrollados.

Entonces, los incentivos, principalmente en la inversión, de igual medida deben enfocarse a los que internamente mantienen circulante la actividad del país, aunque lamentablemente el ánimo del gobierno y la estructura para esta actividad interna nacional no empata con la que se programa en el plano internacional, lo cual desde nuestro particular punto de vista sólo la detiene.

Si evaluamos entonces el impacto que tiene en el inversionista interno que la mayoría de los esfuerzos de política económica vayan encaminados a ver el potencial en los actores externos, sin lugar a duda es desalentador, más aún para los sujetos que directamente se están viendo afectados por tal fenómeno, tomando en cuenta que en un margen de competencia, el contender con las grandes multinacionales, y más si éstas son de fuente Estadounidense, en más del 57% principalmente en la industria manufacturera, puede no ser del todo equitativo .

Es entonces, el gobierno mexicano está corriendo un riesgo con estas políticas para el ciclo actual, mismas que provocan un desplazamiento para la inversión nacional de forma anticipada y a su vez limitan o coartan cualquier potencial de inversión para otro ramo más allá de aquél que se ubica en el plano de grande contribuyente.

¿Acaso no sería mejor que previo a decir sí a la inversión extranjera en un sector determinado, se realice un estudio de fondo sobre las condiciones que debe cumplirse para que el efecto sea positivo y no lo contrario?, siendo así, que la política de inversión sea encaminada en su mayoría, a aquellos sectores en los que los inversionistas nacionales no tienen la posibilidad de hacerlo, por no contar con la tecnología o los recursos idóneos y no, en caso contrario, porque no les sea permitido.

Ahora, como consecuencia de lo anterior y una vez que se tengan las cifras reales de los sectores en que la inversión nacional está imposibilitada para proveer o satisfacer esa necesidad, realizar un proyecto interno, que vaya encaminado a cambiar esa circunstancia para que en lo futuro sea inyectado el capital de una manera proporcional entre lo interno y lo externo, en lugar de únicamente mantener esta necesidad subsistente por mera costumbre.

En conclusión, hoy en día México pasa por una época de transformaciones, pero no es ciego sobre las necesidades en su reestructura tributaria y presupuestaria. No obstante ello, las políticas de atracción de inversión deben fortalecerse, puesto que a diferencia de los países desarrollados, pareciera que la política en este rubro sigue las reglas de los emergentes, sin embargo, la confianza del exterior se ha solidificado y por ello, existen grandes capitales invertidos en nuestro país. Lo que debemos proteger y tutelar, es que la inversión no se desplace o castigue a México por las transformaciones que hemos mencionado, por lo que debemos ver como una oportunidad de mejora el promover y tutelar el gran aparato económico de una actividad determinada, disminuyendo los privilegios para unos cuantos y extendiendo a todos los que estén dispuestos a invertir en nuestra nación, los beneficios de una adecuada política interna.


Por: Grupo Farías, Abogados Tributarios

Un problema. Una solución.
Grupo Farías Abogados.